MEDITACIÓN DE LUZ
CON LÁMPARAS Y PIEDRAS DE CRISTAL DE SAL
Tómese al menos 20 minutos de tiempo y siga los pasos indicados en un ambiente de tranquilidad y silencio:
Relájese y siéntese con la espalda recta apoya en una silla y coloque la lámpara o piedra de cristal de sal delante de usted.
Encienda la lámpara o piedra de sal, mire la luz y trate de dejar de lado todo lo que le rodea. Si nota que se va a distraer, concentre su atención en la luz y deje que esta penetre en su cuerpo y en su mente.
Cierre sus ojos y sienta la luz y el calor que emiten las piedras o lámparas de cristal de sal, cuando están encendidas, en su pecho.
Deje que la luz le invada poco a poco hasta notarla en su plexo solar y en la cavidad abdominal.
Si dese, puede abrir de vez en vez sus ojos para percibir la luz y evidenciar que ya es parte de usted.
Sentirá como recorre todo su cuerpo, sus brazos, su pecho, caderas, brazos y piernas; descendiendo hasta los dedos de sus pies.
Deje ahora que la luz suba hasta su nuca y disfrute de esa sensación de luz que ahora tiene su ser.
Piense en las personas con quienes desearía compartir estos momentos de meditación y relación, y expanda su conciencia con un sentimiento de amor.
Poco a poco, vaya notando como la luz se disuelve en su interior.
Abra los ojos y continúe todavía durante unos instantes contemplando la luz de la lámpara y permítase observar, percibir y sentir que emociones emanan de su ser.
Dese un abrazo, con los ojos cerrados y maravíllese del obsequio de amor que acaba de darse.
Respira profundamente y poco a poco vaya contactándose con su espacio y su día a día.
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